Cuando no se puede ganar es indispensable no perder. Es el único consuelo que puede quedarle a San Martín, tras un duelo en el que tenía la obligación de mostrar presencia, carácter y temple para seguir de cerca al líder Almirante Brown. No lo consiguió, una vez más, en el torneo. Pero al menos no se quedó con las manos vacías en un partido en el que hizo casi todo mal. Así se sintetiza el 1 a 1,
Agropecuario lo sorprendió desde el primer minuto. Le ganó el medio campo, le quitó la pelota y le manejó el juego de principio a fin. El planteo que ideó Pablo Frontini no funcionó. Los cambios en el equipo respecto a los últimos partidos desorientaron al “santo”, que corrió casi siempre desde atrás. Para colmo, la “bomba” de Alejandro Melo, antes del primer cuarto de hora, echó más leña al fuego.
San Martín de Tucumán consiguió un empate agridulce ante Agropecuario en La CiudadelaHasta ahí, el 1-0 era merecido porque el “sojero” ya había avisado en un par de ocasiones. Diego Diellos se perdió una situación clarísima, casi abajo del arco, antes de los dos minutos y el propio Melo había avisado un rato antes con otro remate desde afuera.
Abajo en el marcador, desorientado en el campo y viéndose superado por el rival, San Martín casi no tuvo respuestas y para colmo Juan Orellana cometió una irresponsabilidad (metió un codazo inentendible y vio la roja) cuando se necesitaba cabeza fría y corazón caliente para intentar revertir un panorama sombrío.
La arremetida de Nahuel Banegas -remate que se desvió en un defensor y descolocó a Felipe Zenobio- fue un oasis en el desierto para el dueño de casa. Ese gol le sirvió para salvar la ropa y para al menos sumar un punto, al cabo de 90 minutos en los que hacer pie le costó un montón.
¿Qué fue lo que pasó? San Martín equivocó los caminos desde el inicio. El tándem Ulises Vera-Leonel Bucca no se encontró; Brian Andrada e Iván Molinas quedaron fuera de foco y los delanteros a kilómetros de distancia del resto de sus compañeros.
Una victoria le permitiría “desactivar” traumas a San MartínCon orden y tranquilidad, Agropecuario supo llevar el juego al terreno que más le convenía. Los cambios rápidos que metió Frontini (primero para intentar acomodar al equipo tras la expulsión de Orellana, y después para intentar torcer una historia que pintaba complicada) dejaron en claro que el plan inicial no tuvo la respuesta esperada.
El ingreso de Agustín Colazo, Leandro Ciccolini y Nicolás Sansotre acomodó un poco al “santo”, pero a esa altura el equipo era una bola de nervios y la desesperación se había apoderado de los jugadores.
En el complemento San Martín se paró un poquito mejor, pero nunca pudo encontrarle solución al buen manejo que mostró el “sojero” a partir de la correcta gestión de Damián Lemos y Martín Rivero.
En San Martín, el fútbol escribió una historia de amorEmanuel Dening y Banegas tuvieron el 2-1, pero les faltó tranquilidad para sentenciar a un Zenobio que hizo milagros.
El empate le sirve poco y nada a San Martín. Almirante quedó a ocho puntos con 33 por disputarse. Pero por sobre todas las cosas, el “santo” deberá barajar y dar de nuevo. Debe volver a las fuentes y encontrar ese funcionamiento que perdió hace algunos partidos y que le viene costando puntos.